La vejiga, una de las partes más íntimas del ser humano, es aquella que recoge, mantiene y expulsa los líquidos. Su principal función es deshacerse de las toxinas que acumula el cuerpo físico, si uno retiene y no libera siente presión y dolor, el acto de soltar genera alivio, reflejando eso mismo en el cuerpo emocional, cuando no podemos expresar lo que sentimos nos llenamos de angustia o situaciones tóxicas. Sin duda este órgano se asocia profundamente con las emociones y los deseos que no gestionamos bien, guardando así directa relación con marcado, perdida u organización del territorio.
En nuestro sentido biológico somos animales, y como todo animal marcamos, organizamos, delimitamos nuestro lugar con la orina. Es por eso que se considera que todo problema que esté relacionado con la vejiga, estará contando la historia escondida de alguna situación de falta, invasión, abuso, etc.
El macho de una manada, marcará su hábitat para delimitar su lugar, su liderazgo, su poder. Es su forma de asegurarse la supervivencia, la protección / defensa y la capacidad de movimiento que le permita llevar a cabo sus objetivos. De igual manera hará el hombre en la naturaleza, inconscientemente orina para delimitar su “espacio”, su “trabajo”, su “Familia” extendiendo seguridad a su clan. En cierto punto busca demostrar su “dominio” hacia el exterior.
Las mujeres en cambio con este tipo de conflictos expresan la imposibilidad de organizar su espacio, su nido, generalmente el hogar, es decir, buscan ordenar hacia adentro. La presencia de un deseo reprimido, una emoción contenida, la ira de no tener algo o alguien, etc. Sus conflictos giran entorno de la convivencia y relación con sus semejantes, su objetivo es no perder el control en lo que a su círculo refiera.
¿Qué defensas activa mi cuerpo para ser escuchado, cuando de problemas de vejiga se trata?
Los principales síntomas que en la zona de la vejiga se presentan son incontinencia, infecciones, inflamación, tumor y hasta cáncer.
Las personas que no puedan marcar/organizar su territorio, tendrán posiblemente problemas en esta área, uno de los síntomas más comunes que se presentan son las infecciones urinarias; estas indican tristezas, inseguridades, frustraciones, enojos, abusos (no nos olvidemos que nuestro primer territorio es nuestro cuerpo), etc.
Cuando el problema se relaciona con la retención de orina, estaremos hablando de un gran control en los propios deseos y a su vez el miedo por dejarlos fluir.
Si, por el contrario, el problema en la vejiga se relaciona con la urgencia por orinar, el cuerpo le estará indicando que no puede controlarse y que quisiera que todas sus expectativas fueran satisfechas de inmediato.
Uno de los casos más repetitivos es la “cistitis”, la misma se presenta cuando la persona necesita marcar su espacio con más fuerza, dando la sensación de tener más control del mismo. Siento que pierdo mi territorio, vivido en Ira y rabia.
Otro es la “incontinencia”, que surge mayoritariamente en los adultos, donde existe un deseo por querer controlarlo todo en la vida y es ese exceso de deseo el que desborda dando lugar a las perdidas. Cuando siento esto, lo vivo como una separación de mi territorio.
Los problemas en la uretra, aquel canal por el que se vacía la orina, están relacionados a no tener noción de donde están nuestros límites, es decir, anhelamos marcar territorio, pero en verdad no tenemos claro si ese lugar es nuestro o no. También suelen presentarse inflamaciones en esta zona cuando tenemos sentimientos de ira, enojo, por algo que hayan hecho en nuestro territorio que no nos gusta, que nos hace sentir invadidos, pero que en vez de decirlo, nos lo callamos y culpamos. Esta sintomatología lleva consigo la desvalorización.
¿Qué necesita tu vida y cómo lograr que tu propio territorio eso sea… tuyo!?
Resulta imprescindible, frente a esta sintomatología el que debas conectarte con vos mismo, chequear que relación tenés con tu territorio, cómo lo vivís, cómo lo percibís, qué injerencias podes palpar o detectar, si crees que contas con la libertad necesaria para organizarlo a tu manera, o cuales son los condicionamientos que ves.
Luego, animate a abordar más allá de tu espacio personal y analizar cómo te paras en territorios como: el trabajo, el núcleo de amigos, el club, etc. Te ayudará a develar ¿qué esperas de los demás?, para tomar conciencia de que ha llegado el momento de hacerte responsable de lo que sentís; de que sólo vos podes gestionar tus propias emociones, no quienes te rodean.
Reconocerte es el primer paso. Para sanar, debes descifrar donde te encontras parado, tu lugar será aquel donde en verdad quieras estar, donde encuentres comodidad no conformidad, donde reine la satisfacción y la libertad, donde te sientas plena… ahí es donde debes arraigar tu alma, aferrarte a eso, firme y con decisión.
El hecho de tener problemas en la vejiga está relacionado con la capacidad de esperar para realizar los deseos, el tiempo es hoy, liberá las emociones, las viejas creencias y expresá tus dudas, preguntas y molestias, evitá generar situaciones que alteren tu territorio. Soltá aquello que te “desorganiza” o “ensucia”.
Es necesario comprender que al desvincular cualquier sensación de presión en tu vida, te llenaras de alivio dejando lugar a lo nuevo. Sintiéndote en paz y feliz con tu forma de ser, y con tu lugar de pertenencia, lograrás llevar una vida mucho más sana y plena.
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